Te he mirado hacer gestos
como de nostalgias a media tarde
que me he asustado de tu ausencia
en melancólicos suspiros mirando hacia el horizonte buscando allá algo extraviado.
He temido por la lluvia vespertina de tu mirada.
He hecho una sombra de mi figura
y me he ocultado bajo el mantón del silencio
para no estorbar tu sentimiento fugaz.
Qué no daría porque la alegría pinte colores en tu rostro. Hasta haría maromas como un saltimbanqui para ti solita. Es que tu sonrisa es el verano en mi invierno y el consuelo para mis dolores otoñales.
Pero me asusto, verdad, cuando te ausentas brevemente hacia recuerdos de tiempos que no fueron míos y temo que las comparaciones me sean malas y quieras estar allá y no conmigo.
Hemos estado tan poco tiempo disfrutando de esta primavera… Hemos reído de cosas puntuales, solo nuestras… Que poco ha estado brillando tu mirada ante las cosas nuevas… Que poco nos alcanzó el día para acariciar nuestras pieles… Hay tanta ausencia en tu mirada que me duele dejarte ir en cada suspiro…
No apagues el candil de tus ojos gitana mía. Ellos son mis lunas para las noches oscuras cuando te nombro en el silencio y soledad en la que me escondo cuando te ausentas brevemente de mi memoria. Tengo miedo, te lo digo tantas veces, que sea solo yo, el que te visita cuando estás absorta en tus recuerdos. Quizás, algo mío se quedó impregnado en ti la última vez. No sé, de que lado estoy. Me confundo con aquello de que si eres tú la que se ausenta o yo que partí sin saber porqué.
No me olvides jamás, Tampoco te puedo olvidar. Quiero seguir cerca tuyo hasta el final de los tiempos.
Con la amable aportación y autorización de nuestro amigo Noé Parra.
#Saludos #Entrecanos,
2 respuestas
Siempre tendremos alguien en quien pensar, siempre. 💜
Exactamente, Yolanda, siempre hay alguien. Gracias por comentar.
#Saludos #Entrecanos,