Hola:
Algunas personas parecen tener una aversión innata a dedicar tiempo y esfuerzo a los demás. Son aquellas que constantemente escatiman lo que pueden dar, ya sea en forma de atención, apoyo o simplemente un poco de su tiempo.
Suelen tener una visión muy individualista de la vida ya que para ellas, el tiempo es un bien precioso que sólo debe invertirse en satisfacer sus propias necesidades y prioridades. Dedicar, aunque sea unos minutos a escuchar a un amigo, dar ánimo a un familiar, ayudar a un vecino o dar palabras de aliento a un emprendedor, les parece un «gasto» innecesario.
Lo que no comprenden es que el tiempo y la energía dedicados a los demás no se desperdician, sino que se invierten en construir relaciones significativas y fortalecer el tejido social, y sobre todo a hacer el bien. Cuando escatimamos con los otros, nos perdemos de las recompensas emocionales y prácticas que vienen de cultivar conexiones humanas.
En contraste, las personas generosas con su tiempo y energía tienden a ser más felices, exitosas y satisfechas con sus vidas. Cuando invertimos en los demás, cosechamos los frutos de tener amistades sólidas, familias unidas y comunidades solidarias.
Y se preguntarán ¿Por qué traigo este tema a un artículo?, simple, uno de los primeros pasos para un emprendedor antes de ejecutar, es validar la idea, ¿Con quién?, personas que conozcan de negocios y/o del tema de nuestro emprendimiento, y el segundo es: Consigue un mentor, y qué mejor mentoría se puede recibir que de expertos en emprendimiento e innovación.
¿Qué pasa si acudimos con alguien a solicitar una orientación y escatima en dárnosla?, que nos deja a la deriva con la posibilidad de cometer errores y tropiezos que seguramente él/ella, podría evitarnos con su experiencia y conocimientos.
Esas personas bien pueden dedicar 30 min a la semana a atender a alguien, así que imaginen el impacto que pueden tener en 52 personas a lo largo de un año.
Lamentablemente conozco casos de figuras públicas que lucen maravillosas en la foto y en declaraciones, pero que no se dignan ni a contestar un correo cuando les pides ayuda.
Eso de que la falta de respuesta es en sí misma una respuesta, es de las peores faltas de respeto que alguien puede practicar. Qué distinto sería si el emprendedor recibe una respuesta como la siguiente:
Gracias por escribirme y fijarte en mi para compartir con humildad mis conocimientos, pero el momento no me es posible dedicar el tiempo que te mereces; te pido que no claudiques en tu esfuerzo ya que seguramente encontrarás a la persona adecuada con mayor disponibilidad. Te deseo mucho éxito.
Por eso, aunque te encuentres encumbrado en la cima del éxito, no escatimes cuando menos unas palabras que seguramente tocarán la vida de las personas a las que las dirijas.
Afortunadamente hay muchas personas a las que me he referido no como aliados, sino alados, benefactores quienes nos han dedicado tiempo, esfuerzo y palabras de aliento sobre lo que hace Entrecanos, así que, ¡Sí existen!, busquen y encontrarán.
#Saludos #Entrecanos,